Melatonina: Una hormona para la vejez?José Carlos DávilaLa melatonina es uno de esos claros ejemplos de sustancias que han pasado del anonimato más absoluto hasta convertirse en una gran "estrella" en la investigación farmacológica. La razón es obvia; esta sustancia había sido identificada hacía muchos años en la sangre de diversos vertebrados poiquilotermos, especialmente en peces y anfibios, y su acción más contrastada era producir un aclaramiento de la piel (una acción opuesta a la de la hormona estimulante de los melanocitos, MSH), aunque también estaba relacionada con determinados procesos estacionales, como la reproducción. El estudio de la melatonina quedaba, por tanto, restringido a unos cuantos grupos de investigadores dedicados a resolver afanosamente el papel de esta sustancia en la fisiología de los denominados "vertebrados inferiores". Nada importante. El panorama cambió, sin embargo, cuando se descubrió que la melatonina no sólo se encontraba en estos vertebrados, sino en todos (incluido el hombre) y sus acciones se extendían mucho más allá del aclaramiento de la piel de anfibios o el control de los ciclos reproductores. Lo que lanzó al estrellato a esta sustancia fue, sin lugar a dudas, su acción natural citoprotectora, previniendo en muchos casos los fenómenos de daño celular o muerte celular y, como consecuencia, actuando como una sustancia "antienvejecimiento" celular y orgánico.No se trataba, pues, de un fármaco creado por el hombre, sino de una sustancia endógena, una hormona, producida por una glándula endocrina, la denominada glándula pineal o epífisis. Esta glándula, que se desarrolla embrionariamente a partir del techo del diencéfalo (una parte del cerebro anterior de los vertebrados), siempre ha tenido un papel relevante relacionado con la visión en la historia evolutiva de los vertebrados. De hecho, se cree que en los ancestros de los vertebrados actuales la epífisis formaba un ojo medial, el tercer ojo, que complementaba a los ojos bilaterales Œconvencionales?. Entre los vertebrados vivientes sólo algunos casos excepcionales como las lampreas y algunos reptiles presentan un ojo dorsal medial, que normalmente es muy pequeño. En estos animales este órgano funciona fundamentalmente para detectar cambios en los niveles de iluminación. En aves y, sobre todo, en mamíferos, la epífisis constituye un órgano enteramente glandular. Sin embargo, aunque la glándula pineal no constituya un ojo en la mayoría de los vertebrados, lo que sí es cierto es que recibe una información visual indirectamente a través de otra región diencefálica, los denominados núcleos supraquiasmáticos.
La hormona melatonina es sintetizada en los pinealocitos (células
de la glándula pineal) a partir de la serotonina (5-HT), a través
de dos pasos controlados por otras tantas enzimas (Fig. 1). La síntesis,
y liberación, de la melatonina muestra un marcado ritmo circadiano,
produciéndose el pico máximo de secreción durante
la noche (aunque hay algunos pocos ejemplos de un incremento en la secreción
durante el día). Este ritmo circadiano en la producción de
melatonina proporciona al organismo una valiosa información sobre
el momento del día y la época del año y, como resultado,
este ciclo hormonal Œdirige? a otros ritmos circadianos así como
a otros ciclos estacionales de reproducción.
La melatonina es una hormona que tiene numerosas acciones. Además
de las funciones relacionadas con la regulación de las variaciones
estacionales y circadianas de otras hormonas y con la sincronización
de muchos aspectos diferentes de la ritmicidad asociados al ciclo luz/oscuridad,
la melatonina es, ante todo, un poderoso antioxidante, y actúa,
por tanto, protegiendo a las células y los tejidos frente al daño
causado por radicales reactivos. Además, comparado con otros antioxidantes
como la vitamina E, el ácido ascórbico o el glutatión,
la melatonina parece tener mayor eficacia protegiendo a las células
frente al estrés oxidativo. La melatonina preserva macromoléculas
como el DNA, proteínas o lípidos del daño oxidativo
en numerosas condiciones experimentales dañinas para la célula.
También tiene un efecto inhibiendo la síntesis de DNA (efecto
antiproliferativo) en determinadas células tumorales Œin vitro?,
y se ha demostrado que inhibe la muerte celular (apoptosis) en el timo.
José Carlos Dávila es Profesor Titular de Biología Celular. Fonte: http://www.encuentros.uma.es/encuentros40/melaton.html |