Melatonina en los problemas de fertilidad masculina provocados por la hipoxia de altura



Exposición a la altura dañaría fertilidad en el varón
La exposición a hipoxia intermitente de altura –como el que viven estos trabajadores, quienes laboran a más de 4.000 metros una semana, y descansan otra a nivel del mar- provoca que el conteo de espermatozoides baje a la mitad de su cifra normal, y que aumente el número de anómalos en ratas de laboratorio expuestas a estas condiciones.

Podría ser que en algún tiempo se detecte que las familias de los trabajadores mineros del norte de Chile han bajado sus tasas de natalidad. O que sean más las esposas que deseen quedar embarazadas, sin lograrlo, que lo que dice la estadística para todo el país.
La exposición intermitente a falta de oxígeno daña los tejidos u organismos porque éstos comienzan a producir una excesiva cantidad de especies reactivas a este elemento, lo cual daña proteínas, enzimas y ADN, por lo que el perjuicio podría ser irreversible a nivel celular, alterando su función o provocando su muerte. “Esto compromete todas las funciones del cuerpo, entre ellas la producción de espermatozoides”; así lo explica el doctor Eduardo ustos,
investigador y experto en andrología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quien ha demostrado en modelos de laboratorio que la hipoxia intermitente menoscaba fuertemente la fertilidad masculina.
“Se ha estudiado profusamente cómo afecta la hipoxia a la función pulmonar y cardiovascular, pero no a la fertilidad. .
En los animales de laboratorio, cuando están expuestos a un régimen como el de los mineros –que trabajan una semana a más de 4.000 metros de altura, y descansan otros siete días a nivel del mar, como en la ciudad de Antofagasta-, el conteo puede presentar reducciones que alcanzan un 50% del normal, que para el hombre es de 20 millones por centímetro cúbico, y un significativo aumento entre los espermatozoides anómalos en su morfología, los cuales presumiblemente no tienen capacidad fecundante”.
Para llegar a estas conclusiones, el doctor Bustos lidera una investigación que realiza en conjunto con la Universidad de Antofagasta y que tiene dos vertientes. En la suya, que lleva a cabo en su laboratorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, expone a ratones y ratas experimentales a las mismas condiciones de presión parcial de oxígeno
que hay en las minas nortinas, dentro de cámaras hipobáricas que simulan la altura: es en estos animales que descubrió la severa disminución en número y calidad de sus espermatozoides .
En la casa de estudios nortina, los investigadores someten a los animales experimentales a las condiciones reales de altura, llevándolos durante una semana a la localidad de Caspana y otra de vuelta a la ciudad. “Y es que en la altura real hay otros factores que pueden influir, como la radiación cósmica, la oscilación de temperatura entre el día y la noche y la humedad del aire, por lo que será interesante ver sus resultados y la variación que podrían tener con los
nuestros”, añade el especialista.
Esta disminución a la mitad en el conteo espermático puede representar más daño en los seres humanos que en los ratones, puesto que para estos animales la fertilidad se ve dañada cuando la disminución bordea el 90 %: “En el hombre basta con que se modifique en un 10 % para que ya tenga problemas para tener hijos. Y si es una persona que ya tenía dificultades, con su capacidad fecundante en el límite, el perjuicio es real”.
Remedio eficaz, fácil y económico Según sus estudios, aún no está claro cuánto tiempo le toma al organismo adaptarse a esta intermitencia –si es que lo hace- o lo que demoraría en volver a los valores normales. Lo que sí hace es ofrecer una solución eficaz, económica y
eficiente: la melatonina. “En nuestro modelo experimental hemos demostrado que adicionando esta hormona que produce la glándula pineal se disminuye el efecto nocivo de la hipoxia. Funciona aumentando la capacidad del organismo de neutralizar las especies reactivas de oxígeno, por lo que es antioxidante, y por ser una sustancia que produce naturalmente el cuerpo no es una molécula extraña o sintética que pueda presentar rechazo; es de muy bajo
costo al no ser patentable y no estar sujeta a fluctuaciones comerciales, es de fácil administración vía oral, no tiene efectos secundarios relevantes y ya se ha probado su uso clínico, por ejemplo, en la regulación de los ritmos del sueño como en la enfermedad de los viajeros, el “jet lag””.
El doctor Bustos calcula que en un varón promedio, la dosis de melatonina para evitar los efectos en la fertilidad de la hipoxia intermitente debiera ser de entre 100 o 200 milígramos diarios, la cual tendría un costo aproximado de $ 300 por dosis . “Con ello, si el daño llegó al 50% de la espermatogénesis, se puede alcanzar sobre el 90%, o sea, una recuperación casi total”.
En todo caso, el especialista añade que su estudio aún plantea varias interrogantes, partiendo con hacer la investigación en humanos, que podría incluir no sólo variables biológicas, sino también proyecciones epidemiológicas, e incluso en la especialidad de ginecología: “Habrá que ver si este daño pudiera verse compensado con una muy buena fertilidad femenina”, finaliza.



Fonte: http://www.med.uchile.cl/noticias/2007/mayo/pdf/fertilidad_varon.pdf




Key Melatonin
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