El exceso de televisión en los niños puede desencadenar roblemas de salud, algunos ligados a la supresión de la melatonina.




Ver demasiado la televisión propicia la obesidad y el autismo en los niños. Un científico británico alerta de los efectos negativos de los atracones televisivos en los más pequeños


Ver demasiada televisión puede provocar graves problemas de salud en los niños, como obesidad, autismo, diabetes e incluso una pubertad prematura en las niñas, según concluye un estudio publicado en la revista británica 'Biologist'. La investigación, realizada a partir del análisis de 35 estudios científicos previos, identifica quince efectos negativos que la pequeña pantalla puede desencadenar en los niños. El director del informe y miembro del Instituto de Biología del Reino Unido, Aric Sigman, alerta de que los peligros que conlleva estar demasiado expuesto a la televisión son tales que «se debería prohibir» a los niños menores de tres años.

Además, Sigman cree que se debe «restringir severamente» la televisión a medida que los pequeños crecen, porque el simple acto de ver la pantalla, independientemente de sus contenidos, puede dañar su salud. Según el estudio, recortar el número de horas de televisión que ven los menores debería convertirse en una prioridad, en un momento en que los niños de seis años del Reino Unido han pasado ya de media un año entero de sus vidas delante de la pequeña pantalla.

Irresponsabilidad

«Permitir que los niños continúen viendo tanta televisión muestra una falta de responsabilidad por parte de los padres», señala Sigman, tras identificar que un consumo excesivo de televisión puede desencadenar miopía y, en casos extremos, dos tipos de diabetes distintas, trastornos de sueño y cáncer.

Según la investigación, ver la tele suprime la producción de melatonina, una hormona que desarrolla funciones relacionadas con el sistema inmunológico, el ciclo del sueño y el comienzo de la pubertad. Según estudios anteriores, las chicas llegan a esta fase «mucho antes» que en 1950 porque han incrementado su peso, a lo que Sigman añade que, «probablemente», el descenso de los niveles de melatonina causados por ver demasiada televisión también influyen. «Seremos en última instancia los responsables del mayor escándalo de salud de nuestro tiempo», alerta.

El científico no sólo advierte de los peligros que entrañan los empachos televisivos en edades tempranas, sino que también sostiene que los mayores de 60 años son un sector muy sensible a sus efectos negativos. De hecho, Sigman asegura que cada hora de televisión de más entre los 20 y los 60 años incrementa el riesgo de desarrollar Alzheimer cuando se llega a la tercera edad.



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