La melatonina es una sustancia que produce nuestro organismo de manera natural y que tiene potentes efectos antioxidantes y antiinflamatorios por lo que su administración podría mejorar la calidad de vida durante el envejecimiento y, ¿quién sabe?, aumentar la longevidad. Nuestro compañero Pedro Fernández ha entrevistado a Darío Acuña Castroviejo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y coordinador de un equipo que, desde hace años, la estudia en profundidad.
¿Cuánto tiempo llevan investigando esta materia?
Llevamos trabajando en los diversos aspectos de la melatonina desde 1985, habiendo publicado una gran cantidad de trabajos científicos en estas áreas.
El equipo humano de investigación está dirigido por mí y codirigido por la profesora Germaine Escames. Además, forman parte de él el doctor Luis Carlos López y un total de 10 becarios y dos técnicos superiores. Trabajamos en tres laboratorios experimentales, uno de análisis bioquímico de rutina incluyendo cromatógrafos para medida de melatonina y coenzima Q; un laboratorio de biología molecular completo para análisis de genes y proteínas, y, en tercer lugar, uno de cirugía experimental.
Ustedes han probado en cultivos celulares y en ratones que una administración controlada de melatonina tiene efectos antioxidantes y antiinflamatorios muy potentes. ¿Han podido demostrar que se puede envejecer más tarde y mejor con el uso de esta sustancia?
Los resultados son muy alentadores usando modelos de envejecimiento acelerado. Se trata de ratones que envejecen al doble de la velocidad normal, y a los 10 meses de edad equivalen a ratones con 24 meses, es decir, muy viejos. Hemos podido comprobar que si administramos melatonina en el agua de bebida a estos ratones con un mes de vida, y los evaluamos a los 10 meses de edad, la melatonina ha prevenido totalmente las disfunciones celulares y el envejecimiento. Además, la vida media de los ratones con envejecimiento acelerado, que es de unos 16 meses, ha subido a 20 meses, y su longevidad, de 20 a 24 meses. Es decir, la melatonina ha aumentado la supervivencia y longevidad en un 25 y 20 por ciento, respectivamente. Pero este aumento de longevidad se ha acompañado de una mejora de sus cualidades. En experimentos en ratas los resultados han sido similares.
La cuestión principal es, ¿por qué la melatonina es tan útil en esas patologías tan dispares? La respuesta viene de los procesos fisiopatológicos que acompañan a esas patologías. Además de la sepsis, que es un proceso inflamatorio agudo por definición, se considera hoy en día a los procesos neurodegenerativos y al propio envejecimiento como procesos inflamatorios crónicos. Ello quiere decir que presentan las manifestaciones, en mayor o menor grado, de estrés oxidativo e inflamación.
Esos procesos dañan a la estructura principal de la célula, la mitocondria, que es la central energética de la misma. La disfunción mitocondrial es, en última instancia, la que, al no producir energía para la célula, hace que ésta no pueda defenderse y muere. Uno de los mecanismos más importantes que avalan la eficacia de la melatonina en estas patologías es su capacidad para entrar en la célula y llegar a la mitocondria, donde aumenta su capacidad bioenergética, manteniendo la producción de ATP (principal molécula almacenadora de energía a corto plazo) para la célula.
¿Qué podría suponer este avance, tanto para la comunidad científica como para el futuro del ser humano?
Uno de los aspectos sobre el que los programas marco de investigación de la Comunidad Europea hacen más énfasis es el uso de compuestos naturales para el tratamiento de diversas patologías. En este sentido, la melatonina cumple con estas expectativas, y los ensayos clínicos que en la actualidad se están haciendo abren una perspectiva terapéutica de enorme potencial. Por otro lado, estamos haciendo estudios con análogos sintéticos de la melatonina con el fin de encontrar otras moléculas susceptibles de ser usadas en la clínica humana.
¿Es verdad que se podría retrasar el envejecimiento? ¿Eso significaría conservarnos mejor o vivir más años y con mejor calidad de vida? Si es así, ¿cuánto podría aumentar nuestra esperanza de vida?
Efectivamente, la melatonina retrasa el envejecimiento, como se ha demostrado con ratones y ratas. Nuestra intención no es aumentar la longevidad (algo que sí encontramos en dichos modelos experimentales), sino mejorar la calidad de vida durante el envejecimiento, lo que también hemos observado. Es en este sentido, cuando hablamos de retrasar el envejecimiento, nos referimos a evitar los procesos degenerativos que lo acompañan, y la melatonina aquí tiene un papel fundamental.
Entre otros aspectos, se sabe que, hoy en día, a partir de los 35 ó 40 años, empezamos a disminuir la producción de melatonina, y a los 60 años nuestros niveles son demasiado bajos para proporcionarnos una defensa adecuada. Así que envejecemos y perdemos uno de los sistemas de defensa antioxidante /antiinflamatoria fundamental. Probablemente los resultados, tan aparentes en ratones envejecidos, se deban a que mantenemos sus niveles de melatonina constantes, evitando su disminución con la edad.
¿Ve al ser humano del futuro tomando agua o alimentos ricos en melatonina para vivir más años?
Aunque no está considerada actualmente esta aplicación farmacológica de la melatonina en Europa (la Agencia Europea del Medicamento ha autorizado la venta en farmacias con receta de melatonina como hipnótico), conforme los estudios avancen en otras aplicaciones de esta molécula, se deberán ir autorizando nuevas aplicaciones.
¿De dónde se podría sacar la melatonina para poder utilizarla en un futuro?
La melatonina está contenida en muchos alimentos como el cacao, el té verde, algunas algas, los frutos secos, las semillas, los cereales, las cerezas o las uvas negras, no obstante, es difícil hacer una dieta con el contenido real de melatonina que necesitamos. Es más fácil tomar melatonina en cápsulas (la mayor parte de la melatonina que encontramos en el mercado, incluyendo la que se ha autorizado en la Comunidad Europea, sale del cacao), ya que se puede dosificar perfectamente. No vale la pena obtener la melatonina de síntesis en el laboratorio, ya que es más caro el proceso que la obtención vegetal. Por otro lado, no hay melatonina de origen animal, ya que para conseguir aproximadamente un microgramo de melatonina su descubridor, A. Lerner , necesitó las glándulas pineales de ¡25.0000 vacas! en 1958.
Hay quienes critican que está línea de investigación está todavía en sus inicios y que hacen falta más estudios, así como garantizar efectividad y seguridad en la sustancia. ¿Está de acuerdo?
Hoy en día sabemos mucho, pero es indudable que queda mucho por hacer en el campo de la melatonina. Hay que tener en cuenta que se publican al año más de 1.000 artículos científicos en revistas internacionales indexadas. Una revista especializada en el campo de la melatonina, el Journal of Pineal Research , está dentro de las 10 primeras revistas en las áreas científicas más importantes, lo que corrobora el interés que despierta esta molécula en la comunidad internacional.
Además, en diversos estudios, incluyendo algunos encargados por los Institutos Americanos de Salud (NIH, en sus siglas en inglés), se ha visto la alta seguridad de la melatonina y sus pocos efectos secundarios o negativos. Algunos de ellos son su contraindicación a priori en pacientes con enfermedades autoinmunes, debido a la estimulación del sistema inmunológico por parte de la melatonina, que podría agravar el proceso y, también debería administrarse con cuidado en pacientes tratados con anticoagulantes, por el ligero efecto antiagregante plaquetario (efecto perecido al de la aspirina, ya que inhibe el funcionamiento de las plaquetas evitando su agregación y la formación de trombos o coágulos en el interior de los vasos) de la melatonina.
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