El polémico día de 23 horas




Expertos debaten sobre los efectos del cambio horario

Un día con 23 horas. Ya deberíamos estar acostumbrados, porque España modifica la hora para adaptarse al horario de verano cada año desde 1974. Sin embargo, después de adelantar los relojes esta madrugada (a las 2 serán las 3), muchos se levantarán mañana con los efectos de un pequeño jet lag y no todos estarán de acuerdo con su utilidad .

Mañana habrá que recortarle una hora al día y la mayoría lo hará del tiempo del sueño. Los efectos en el cambio de ritmo “suelen durar unos días, hasta que el cuerpo se adapta de nuevo”, tal y como explica la doctora Gema Rubinos, de la Unidad del Sueño del HUCA. La gente se puede levantar “más irritable y con menos capacidad de concentración”, puntualiza. Sin embargo, son unos síntomas leves y que no suelen tardar en desaparecer.

El cambio de hora al que obliga la Directiva Comunitaria en todos los países de la Unión Europea “a penas interviene en el estado físico” de las personas, explica el neurofisiólogo Jesús González Rato, “depende más bien de la actitud psicológica”. Muchas personas pueden verse afectadas al levantarse y ver que aún no ha amanecido, sin embargo, los minutos de sol que se ganan por la tarde “animan un poco”, concreta.

A pesar de tratarse de una variación en la hora muy pequeña sí afecta al cuerpo a nivel bioquímico, eso sí, “de forma muy pequeña”. Al contar con una hora de sol más por las tardes, el cuerpo produce menos melatonina, una hormona que, explica González Rato, produce la necesidad de dormir. Así, con el cambio al horario de verano se reduce el tiempo de descanso que necesita una persona, aunque sea de “una forma mínima”, puntualiza el doctor. El efecto contrario se produce con la adaptación al horario de invierno, cuando el aumento de melatonina produce una mayor necesidad de dormir.

Los niños y los ancianos son los que tardan más en adaptarse a estas modificaciones horarios, aunque no supone “más que unos días”.

Ahorro energético El ahorro de energía. Este fue el principal motivo por el que se implantaron en 1974 las modificaciones horarias. La crisis del petróleo que amenazaba la disponibilidad de una de las principales fuentes energéticas en ese momento fue la causa. Hoy, 37 años después, las medidas de ahorro de energía recobran importancia con la situación que vive Oriente Medio.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) calcula que con el cambio en los relojes de los españoles puede llegar a ahorrarse un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.

Sin embargo, no todos ven tan segura esta reducción del consumo. Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecoloxista duda de que el ahorro con el cambio sea tan significativo como para llevarlo a cabo a pesar de que trastorne la vida de las personas.



Fuente: www.lavozdeasturias.es








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